No soy Julieta
tampoco adoro esperar en los balcones.
Sólo se que detrás de mí vendrán otras mujeres
con botas más pesadas que las mías.
No soy Alfosina tampoco Gabriela,
ni siquiera un leve parecido con Gioconda.
Sólo sé que detrás de mí vendrán
otras mujeres más fuertes, más valientes.
A veces observo mis manos y pienso:
¿Alejandra, Antígona o la perfecta desconocida?
Entonces, respiro hondo, me calzo mi mejor
traje y salgo a la calle a comprar el diario.
Y conmigo, el recuerdo de todas ellas.
2003
tampoco adoro esperar en los balcones.
Sólo se que detrás de mí vendrán otras mujeres
con botas más pesadas que las mías.
No soy Alfosina tampoco Gabriela,
ni siquiera un leve parecido con Gioconda.
Sólo sé que detrás de mí vendrán
otras mujeres más fuertes, más valientes.
A veces observo mis manos y pienso:
¿Alejandra, Antígona o la perfecta desconocida?
Entonces, respiro hondo, me calzo mi mejor
traje y salgo a la calle a comprar el diario.
Y conmigo, el recuerdo de todas ellas.
2003
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