Los olvidos.
Las ausencias.
Los susurros.
Caminar las horas con el tiempo puesto y moverse entre las sombras como el silbido del viento. Andar y andar con una pesada carga de relojes muertos y ajustarse los horarios, mientras un péndulo se balancea en mis muñecas.
Las ausencias.
Los susurros.
Caminar las horas con el tiempo puesto y moverse entre las sombras como el silbido del viento. Andar y andar con una pesada carga de relojes muertos y ajustarse los horarios, mientras un péndulo se balancea en mis muñecas.
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