domingo, septiembre 07, 2008

Como un sueño

Sabes que inescrupulosamente deberías haber esperando. Total, todo se trata de soledad constante, continua, omnipresente. ¿Para qué hablar de ángeles y demonios, si no podes con vos misma, con tu propia inocencia baqueteada?

También sabes qué podrían ser otros, pero todo se trata de una gran mentira, de un espejo enorme en donde reflejas “eso” que ya conoces de memoria, “eso” que aprendiste a tejer con las palabras más agudas y misteriosas.

Aunque queda otra posibilidad, ¿otro salir corriendo? Supongamos que no estás tan herida de cómo se llame lo que tenés en este momento y alguien tan diminuto como vos, te está soñando ahora.

Y para qué tanta pregunta, que no termina de responderse, para qué seguir tirando de la cuerda que mira hacia otro lado. Mejor… mejor es irse bien lejos y buscar a dónde si te quieran, a dónde alguien más te necesite para escribir días más felices.

La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...