domingo, enero 13, 2019

La mujer que llevamos dentro


A veces creo que no puedo lograr mis objetivos. A veces pienso que soy muy talentosa. A veces creo que puedo con todo, y a veces creo que no puedo con nada. Mi salvación no tiene dueños ni mentores, es parte mía, parte de mi crecimiento, de mi ser mujer en este momento histórico que me toco vivir.
Me miro en el espejo. En algunas ocasiones creo que soy bella, en otras, me pienso horrible. Es así como a veces nos sentimos las mujeres. Algunas bailarán cerca del abismo, otras se esconderán al oír el primer trueno. Y algunas harán el amor mientras afuera todo se resquebraja.
Pero es hora mujeres de romper la cascara, de tomar las armas y de dar ese primer paso, que tanto tememos o guardamos en lo más oscuro de nuestros deseos. Te quiero una mujer libre, plena, que se sepa reina y guerrera de su propia vida. Una mujer que no se detiene, que avanza, que camina, que se equivoca, pero sigue.
Creo en las mujeres de pensamiento racional, que estudian, que se preparan, que mejoran, que creen en valores y en ideales. Quiero una mujer integra, única y esplendida, capaz de salir airosa de todas las batallas, que combine ternura con justicia, equidad con firmeza, suavidad con inteligencia. No creo en los fanatismos ni en los fanáticos.
Creo que es el momento de que la verdadera femineidad se alce desde la mirada más pequeña para que juntas podamos abrazar un sueño, el sueño de un mundo enaltecido, en donde la bondad, la educación y el compromiso sean la bandera que nos empodere, mis queridas hermanas. Es hora de transformar, de ser mejores personas, de ser menos quejosas y más valientes, es hora de concretar sueños y de liberar almas.

La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...