Así podría titularse alguna canción que hable de la desesperación humana o tal vez alguna cumbia, en donde un cantante que no canta se menea al ritmo de “dale, papi” mientras unas bailarinas semi desnudas son enfocadas por la cámara de América 2.
Y el público, súper educado, agita los brazos, esperando volar.
Y el público, súper educado, agita los brazos, esperando volar.
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