sábado, diciembre 10, 2005

Escribir

Escribir en el mismo instante en que se termina de alabar la palabra y ser sonido, protegiendo la creación imperfecta del poema. Escribir desde el lenguaje, desde el cuerpo. Animarse a ir por más, sin que se note. Supurar en las heridas de finales. Intercambiar principios como naipes, usufructuar la casa del poeta y romperse las alas en la lectura de los grandes. Pero siempre escribir como si nada más que eso fuera lo importante. Para las demás cosas, no sobra el tiempo.

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La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...