domingo, agosto 25, 2013

Nombrarte

Había que nombrarte por sobre todas las cosas,
gritar tu nombre más allá de las distancias,  
hacerte mío, soñarte, dedicarte este poema;
y en este acto de romperse:
todavía te extraño.

Pero he decidido que el silencio
es la mejor terapia del alma;
aunque las ausencias
no se dignan a marcharse.
por el contrario,
me sobrevuelan,
buscando
quizás tu mano imaginaria,
quizás los versos que nunca se escribieron.

Mientras tanto,
nace una revelación en mí,
y es tu rostro
y es tu cuerpo
y sos vos,
tan lejano,
tan perfectamente feliz.

Había que nombrarte por sobre todas las cosas,
hacerte mío, soñarte...

La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...