Pienso en mí,
en un cortejo de baldosas negras
señalándome con el dedo.
En este patio no hay nada,
sólo un perro que se proyecta
como una sombra en la ventana.
No sé que tiene esta noche,
singularmente urbana,
en donde me recuerdo
como huésped de mi cuerpo.
Pero sé que afuera
se están lloviendo los días
y me compadezco
de haberme ido
hace tanto tiempo.
en un cortejo de baldosas negras
señalándome con el dedo.
En este patio no hay nada,
sólo un perro que se proyecta
como una sombra en la ventana.
No sé que tiene esta noche,
singularmente urbana,
en donde me recuerdo
como huésped de mi cuerpo.
Pero sé que afuera
se están lloviendo los días
y me compadezco
de haberme ido
hace tanto tiempo.
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