Hoy el poema me descubre un poco más mujer,
más huraña en mis intenciones como
si la soledad cincelará parte del cuerpo.
Creo en un dios perverso que nos habita,
en morirme joven
mientras otros no me amen.
Despierto con el miedo
de hacerme nuevamente otra.
¡Tu sombra, Isabel, tu sombra
y tu voz pintando estrellas!
más huraña en mis intenciones como
si la soledad cincelará parte del cuerpo.
Creo en un dios perverso que nos habita,
en morirme joven
mientras otros no me amen.
Despierto con el miedo
de hacerme nuevamente otra.
¡Tu sombra, Isabel, tu sombra
y tu voz pintando estrellas!
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