Señor, que el día duerme
y en casa escribimos tristeza por todas partes.
En las paredes de la cocina,
un bonito cuadro esconde
entre los árboles del lienzo
la T y la Z como frutos
y una E se monta
a los ojos tristes
de un niño lloroso
Una madreselva tirita su tristeza.
La mesa del comedor rechina.
Su dolor agrieta la madera
hasta volarse el alma
sobre las sillas.
Un mantel en el piso,
profunda depresión
la de muebles
y cuchillos.
Gotean los libros
un duelo de hojas.
Afuera gime el cielo,
siendo parte del paisaje,
mientras en mi casa
todo se llora.
y en casa escribimos tristeza por todas partes.
En las paredes de la cocina,
un bonito cuadro esconde
entre los árboles del lienzo
la T y la Z como frutos
y una E se monta
a los ojos tristes
de un niño lloroso
Una madreselva tirita su tristeza.
La mesa del comedor rechina.
Su dolor agrieta la madera
hasta volarse el alma
sobre las sillas.
Un mantel en el piso,
profunda depresión
la de muebles
y cuchillos.
Gotean los libros
un duelo de hojas.
Afuera gime el cielo,
siendo parte del paisaje,
mientras en mi casa
todo se llora.
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