lunes, enero 16, 2006

Carta a quien me lee

Me involucre en la noche.
Pequeñas estrellas a través
de un cielo inmensamente lejano.

Nunca nadie camino la oscuridad
como quien te escribe hoy
y guarda su pena en una cajita musical.

Se llueven zafiros en un cuaderno
y se mastica la soledad
en busca del lenguaje.

No hay amor en el poema,
sólo retazos apuntados al olvido
y una crispación de los sentidos
perdiéndose.

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La envidia

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