Mira, no me olvidaré de ti ni del cansancio. De esas palabras alfileres que se descubren en la piel. Quieres nacer, ya lo sabes. Aquí estoy yo, señalándote, porque te percibo un poco mía, a pesar de que extrañamente tengo los dedos manchados de amor oscuro y la mirada algo perdida.
miércoles, enero 25, 2006
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