No está demás decir que a pesar de mi poesía intimista y melancólica tengo hambre de humanidad, de gente, de cultura. Me gusta ser una más, mezclarme entre anónimos y desde allí imaginar sus vidas, sus reuniones. ¿Quién esconderá más secretos? ¿Quién engañará a su mujer e irá religiosamente a misa todos los domingos? Me encanta ver como otros se relacionan, se amuchan, se buscan. Amo a las personas que caminan como hormigas en una ciudad sedienta de novedades. Soy profundamente crítica y a la vez temerosamente necesitada de aquellos que todos los días se levantan temprano para ir a comprar el diario.
sábado, marzo 11, 2006
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2 comentarios:
venite a tomar un vino a casa entonces... viernes fondue con amigos, hermanos y similares...
invitada
:)
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