Que tus miedos sean como dagas perfumadas de distancia y tu voz, mi única y sola majestad. Ahora tiemblo y no hay nadie en casa para colocar mis pestañas en su lugar. El sol se arrodilla ante mis ojos y la luna gira sobre mi cabeza. No hay dolor, sólo la incertidumbre de quebrarme.
PD: ¡Deséenme suerte para hoy!
PD: ¡Deséenme suerte para hoy!
7 comentarios:
Vuelvo para encontrarme con este texto, tan excelente como breve.
Saludos para tí Isabel
Muy bueno el escrito pero veo que estuviste comiendo Parra y Urondo y eso tiene su premio.
De Parra "Es Olvido" esta padre.
Pensar que estuvieron juntos en el mismo pais y epoca Huidobro, De Rokha y Neruda.
...No te inquietes, las pestañas se colocan solas. ¡Que la suerte ahuyente tu soledad!... SALUDANDO:
LeeTamargo.-
Gracias, Lety. Cuando lo escribí estaba bastante nerviosa, jajaja. Por suerte ahora no.
Un abrazo.
Lord: ¡Gracias! Lo bueno además de que sean grandes poetas es que me permite tener otros puntos de vista, conocer necesidades y sentimientos desde una visión más profunda y social. A veces me cansa mi propia poesía intimista y llorosa. Pero a Parra ya lo conocía. Lo he leído en varias ocasiones. Me encanta la antipoesía.
Si, Chile ha dado enormes poetas pero entre Neruda y Parra, me quedo con Parra. Neruda me parece algo cursi. Perdón para quienes sean sus admiradores, pero yo prefiero otro tipo de poesía. No significa que no me guste, sólo que me identifico más con otros escritores.
Un abrazo.
Gracias, lee, por desearme suerte. Ayer la necesitaba, jajaja. Pero todo resulto bien. :)
Un abrazo.
Convierte en cera
Tus pies pequeños sin medias.
Pincela oleosos
Trigales enteros dorados.
Trasplanta en mis curvas
Lunas celestes,
Albores de palmas,
Como olas rompientes.
Somos seres alados sin especie.
Somos labios, fuego y olor a leños.
Figuras enrojecidas y arrugadas de humedad
Sabores a frutas de un árbol prohibido
Corto en trozos
Uñas comidas de nervios.
Sorbo ruidosa
Quejidos plenos de goce.
Deslizo en tus espaldas
Sed y ansiedad,
Ardor e inoportunidades
Como si me pertenecieses.
Dejemos escurrir los años nuevamente.
Que se quiebren las fuentes con sus bocas colmadas.
Envuélveme con mis ropas mojadas
Y deja que me seque de tu fuego
detrás de la fachada.
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