sábado, marzo 18, 2006

Abracadabra


Y se vengó. Tenía que vengarse. No más trucos ni sombreros negros por donde asomarse. Desde ahora su libertad tenía precio. Un mago muerto, una paloma cómplice y un conejo prófugo.

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La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...