¿Qué hacer cuando el miedo es más grande que la mejor de las espadas de cartón?
Tienes razón, no tuvimos diccionario de sinónimos, ni pudimos librarnos del pintalabios que nos hacía ser otra. No hubo instrucciones, varitas mágicas, ni cuentos para dormir. Hubo lastres que aún pesan, una mochila demasiado cargada de cosas, fantasmas con el ojo pegado al quicio de la puerta. Ganas de huir.
Pero aquí estamos, sin recetas que mantengan la sonrisa intacta, el cuerpo indemne, a salvo la sed. ¿Pero te das cuenta? aquí estamos. Con un nombre sólo nuestro, con toda la cartografía del exilio para darnos la oportunidad de ser.
Tienes razón, no tuvimos diccionario de sinónimos, ni pudimos librarnos del pintalabios que nos hacía ser otra. No hubo instrucciones, varitas mágicas, ni cuentos para dormir. Hubo lastres que aún pesan, una mochila demasiado cargada de cosas, fantasmas con el ojo pegado al quicio de la puerta. Ganas de huir.
Pero aquí estamos, sin recetas que mantengan la sonrisa intacta, el cuerpo indemne, a salvo la sed. ¿Pero te das cuenta? aquí estamos. Con un nombre sólo nuestro, con toda la cartografía del exilio para darnos la oportunidad de ser.
La autora de este texto es Clara, alias Estado de exilio. Esta genial prosa poética se encuentra publicada en http://estadodeexilio.blogspot.com/ La publico aquí también por la enorme identificación que tengo con ella y porque jamás hubiera podido decir tan bien lo que me pasa y lo que siento. ¡Gracias, Clara, por este texto a Laura!
1 comentario:
:)))
Un abrazo grande, Clara.
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