Nadie muere en tu lugar
apenas el balbuceo
de una muchacha enferma
alzándose de sus rodillas
hasta el cielo
apenas el balbuceo
de una muchacha enferma
alzándose de sus rodillas
hasta el cielo
Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...
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