Ella se dio cuenta que quería cambiar.
Ella se dio cuenta que era demasiado tarde.
Entonces ella se sentó en la vereda
y siguió esperando.
Afuera el viento le robó la lengua,
la luna, los labios.
Ella se dio cuenta que nada cambiaba,
salvo la imperceptible erosión
del tiempo.
Afuera un perro le comió los ojos
y un pájaro le picoteó su pelo.
Ella se dio cuenta que vivía en un poema.
Entonces sólo era posible
cambiar desde el silencio.
Afuera los espacios la estrangularon.
Su obra ya no existía. Era ella misma.
Pero ahora ella ya no está.
Sólo yo para contar su historia
de desencuentros.
Ella se dio cuenta que era demasiado tarde.
Entonces ella se sentó en la vereda
y siguió esperando.
Afuera el viento le robó la lengua,
la luna, los labios.
Ella se dio cuenta que nada cambiaba,
salvo la imperceptible erosión
del tiempo.
Afuera un perro le comió los ojos
y un pájaro le picoteó su pelo.
Ella se dio cuenta que vivía en un poema.
Entonces sólo era posible
cambiar desde el silencio.
Afuera los espacios la estrangularon.
Su obra ya no existía. Era ella misma.
Pero ahora ella ya no está.
Sólo yo para contar su historia
de desencuentros.
1 comentario:
¡Muchísimas gracias, premio planeta! :))))
Un cordial saludo.
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