domingo, diciembre 03, 2006

Aquella lejana casa en donde bailan los recuerdos

Escucha, son los latigazos del invierno,
los perros, los cansancios que pervierten,
son los mejores días que se van coleccionando.

Escucha, amor, la glorieta,
la casa que apenas balbucea
tu nombre entre sus sombras.

Porque así son los recuerdos,
infértiles, desesperados,
se van, se pierden.

No más noches sobre la ventana.
Hemos perdido el brillo
detrás de los carteles.

Escucha, el mar te está buscando,
sus manos de agua te convienen.

Se juntaron los silencios
en una sola sala,
¿lo ves, lo sientes?

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