domingo, diciembre 17, 2006

16/12

“…Nunca lo tuve tan en claro, o es la primera vez que tomo la única decisión que debería haber tomado muchos años atrás: quiero divertirme. Estiro mi mano y la invito a bailar el vals de las horas que se merecen vivir”.

De “Estimada Señora. Cartas a una desconocida”, Hugo Finkelstein

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La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...