Huelo a pianos de sal, a equinoccios azules mientras tu voz se desliza sobre un cielo de geranios negros. Y mis ojos me hablan del viento, de la soledad de nacer mujer en una tierra extranjera.
En un idioma perfectamente extraño me sonríen tus manos y mis pies que se fugan a ninguna parte saben de secretos con lucecitas de colores en la sombra del espejo.
En un idioma perfectamente extraño me sonríen tus manos y mis pies que se fugan a ninguna parte saben de secretos con lucecitas de colores en la sombra del espejo.
6 comentarios:
¡Que dificil sentirte extraño, en tu propia casa y frente a tu espejo!
Saludos
Mucho talento por aquí.
Buen blog, felicidades.
Un saludo
Creo que muy pocas veces pertenecemos al lugar donde estamos, por eso la mayoría de nosotros se siente extranjero en casa.
Un gran blog.
Manuel: Tal vez sea extraño, pero a veces me siento así.
Saludos y gracias por pasar.
terminus: Se agradecen tus palabras.
Un abrazo.
En parte me identifico con lo que dijiste, corso. Muchas gracias por tu mensaje.
Un fuerte abrazo.
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