Me duelen los escorpiones de tus manos. El silencio es una daga desnuda y su filo me recuerda la gastada ausencia de cansarse. Sólo me hallo entre las palabras y danzo en el límite amarillo del poema.
sábado, febrero 18, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
La envidia
Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...
-
Todos los paraguayos odian a Papá. Porque ese hombres es un demonio. Porque cuando suena la cumbia nadie la baila como él. Porque papá se co...
-
Sabes que inescrupulosamente deberías haber esperando. Total, todo se trata de soledad constante, continua, omnipresente. ¿Para qué hablar d...
-
No puedo continuar con la vida. No, no puedo. Cargada de tristeza, necesito rebelarme a la edad de los juguetes y buscar debajo de la cama e...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario