Somos las niñas muertas,
y nos masturbamos en casa,
frente al espejo,
mientras mami y papi cocinan
sabrosas comidas enlatadas.
¿A dónde esconderemos los dedos,
manchados del propio placer?
Ensayamos el último disparo,
cuando todos duermen,
y el sexo es un pájaro roto
fumándose la noche
hacia las estrellas.
¿A dónde iremos a morir
después de muertas?
En casa,
robaron nuestros cuchillos
y sólo nos queda llorar frente a la tv.
y nos masturbamos en casa,
frente al espejo,
mientras mami y papi cocinan
sabrosas comidas enlatadas.
¿A dónde esconderemos los dedos,
manchados del propio placer?
Ensayamos el último disparo,
cuando todos duermen,
y el sexo es un pájaro roto
fumándose la noche
hacia las estrellas.
¿A dónde iremos a morir
después de muertas?
En casa,
robaron nuestros cuchillos
y sólo nos queda llorar frente a la tv.
5 comentarios:
Felicidades por tu blog.
muy bueno
salu2
Muchísimas gracias, zokato.
Prometo visitarte.
Un cordial saludo.
Es perturbador. Duro como la realidad con la que juega.
Saludos
Intenso y duro como la vida misma.
C.A. Makkkafu.
makka: Muchas gracias por tus palabras y por reflotar este poema.
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