lunes, noviembre 14, 2005

Nacimiento

He vuelto de un viaje gastando la novena luna sobre mi cabeza y en el descender inhóspito del cuerpo sobre la mente dejé un amanecer de flores secas como la muerte y una mujer de nombre impronunciable me recordó la felicidad:

-Aún no naciste entre estrellas.

Y la noche me sonrío desde su vientre, como una madre de leche amantando a un niño llamado Yo.

No hay comentarios.:

La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...