domingo, septiembre 24, 2006

Viejo Bar (1/11/2003)

El mismo bar de siempre, el de la suerte, ¿te acordas? Amuleto insolente de cafés y medialunas. ¡Cuántas veces acudimos a tu cita, corazón, para prolongar la mirada debajo de la ropa, para prolongar el sentimiento debajo de estos ojos! Una parada de taxis que anuncian volver y regresar es morirse de a poquito bajo el asfalto caliente de una ciudad que se alimenta de mujeres golondrina. Tormenta de una despedida congelada en un marco de abrazos. Me quedo con tu nombre atado a un mechón de pelo y con tu sonrisa bostezando en mis manos.

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La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...