lunes, septiembre 18, 2006

Fiesta jíbara

En mi mesa no
comen los jíbaros.
No, señor, no comen.

El bacanal de poesía
no tiene ojos ni pies
ni manos.

La cena comienza
con los tambores.
Usted sabe: cuerpos
desnudos al compás
de la persecución.

A veces, pienso
que todos somos
caníbales.

Los cuerpos
están tatuados
y desnudos,
especialmente,
desnudos.

Un jíbaro, atado
de pies y manos,
es colocado
en la mesa.

En mi mesa, no
comen los jíbaros.
No, señor, no comen:
los comemos.

1 comentario:

Isabel Bertossi dijo...

Este texto es del 2002, cuando comencé a escribir. Yo sé que es una taradez, pero por algo me gusta. Quizás es porque todos tenemos un caníbal dentro o porque hay mucha gente desnuda. Vaya uno a saber el porqué de mi adicción a los poemas que no son poemas (¿antipoesía?).

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