Hoy me asumo como la tristeza que soy. Pero un solo color subyace y es precisamente en este instante, cuando comienza a salir el sol. Yo me canto desde el fondo de mí para abrazarme. Yo hablo el lenguaje mudo de las sombras y también el de la esperanza. Yo me nutro de tu amor mientras renaces. Y nadie detiene mi sonrisa. Apenas un pájaro cabe en mi corazón, que seguirá eternamente tuyo bajo este cielo-agua que nos corona de alegría. La placidez de tus palabras puede cambiarme el día. Por eso, te quiero.
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