No es esta voz la que te nombra, no,
ni tampoco mis zapatos azules
frente al espejo.
Vuelven aquí tus penas,
cayendo sobre mí,
mientras palidezco.
ni tampoco mis zapatos azules
frente al espejo.
Vuelven aquí tus penas,
cayendo sobre mí,
mientras palidezco.
2 comentarios:
Maravilloso poema, breve y contundente. Plagado de imágenes y musicalidad.
Besos
viviana: Te agradezco mucho tu comentario. Un beso grande.
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