martes, enero 16, 2007

a mi papá

no puedo delirar bajo la sombra de la rosa
ni tampoco marcharme a Paris
he roto de pena todos los escombros de mi casa
y ahora sólo queda esperarte:

¡me resisto a que te vayas!
quédate sentado junto a mí
mientras la vida,
hueco impenetrable,
nos va rompiendo las alas

¡papá, quédate!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

que triste romper los escombros de pena...

Anónimo dijo...

mas triste es gritar en silencio

Isabel Bertossi dijo...

Más triste hubiese sido que nadie comentara este poema. :-)
Es una broma.

Gracias, chic@s, por su lectura.
Abrazo.

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