Día de beiges y amarillos. La vida es un solo color riéndose de mí. En el fondo plata de tu nombre, mi corazón azul es un enano perfecto jugando a las escondidas con mi alma. Atrás quedaron las paredes blancas, los pisos lustrados. Soy un pintor solitario escondiendo el papel en los roperos de tu cuarto. Anochece y no hay estrellas suficientes para adornar mi dolor a los ojos de tu cuerpo.
lunes, octubre 16, 2006
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4 comentarios:
buena paleta la tuya.
¡Hola! Muchas gracias por tus palabras.
Saludos.
Aunque faltasen colores, ¿porque no "papel morado" en "roperos rojos"? ¿Un dolor verde?
Tiene muchas posibles combinaciones "sinestésicas" este poema en prosa.
Si, es cierto, faltan colores y correcciones. El texto tiene que ver con que en esos días estuve encargada de que alguien pinte un departamento. No sé que corno tiene que ver con la poesía, pero supongo que es una forma de traer a mi escritura lo que me sucede cotidianamente. Me gusto lo de dolor verde. Gracias por tu comentario.
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