El tiempo subasta palabras traficadas de equinoccios
y la noche como un hombre de sal se deja correr
entre las manos de una mujer,
por cuyo costado más agudo,
huyen los pájaros más altivos,
adentrando sus picos
en este corazón
enardecido
y la noche como un hombre de sal se deja correr
entre las manos de una mujer,
por cuyo costado más agudo,
huyen los pájaros más altivos,
adentrando sus picos
en este corazón
enardecido
2 comentarios:
Precioso poema.
¡Muchasssssss gracias!
Abrazo.
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