Había que nombrarte por sobre todas las cosas,
gritar tu nombre más allá de las distancias,
hacerte mío, soñarte, dedicarte este poema;
y en este acto de romperse:
todavía te extraño.
Pero he decidido que el silencio
es la mejor terapia del alma;
aunque las ausencias
no se dignan a marcharse.
por el contrario,
me sobrevuelan,
buscando
quizás tu mano imaginaria,
quizás los versos que nunca se escribieron.
Mientras tanto,
nace una revelación en mí,
y es tu rostro
y es tu cuerpo
y sos vos,
tan lejano,
tan perfectamente feliz.
Había que nombrarte por sobre todas las cosas,
hacerte mío, soñarte...
gritar tu nombre más allá de las distancias,
hacerte mío, soñarte, dedicarte este poema;
y en este acto de romperse:
todavía te extraño.
Pero he decidido que el silencio
es la mejor terapia del alma;
aunque las ausencias
no se dignan a marcharse.
por el contrario,
me sobrevuelan,
buscando
quizás tu mano imaginaria,
quizás los versos que nunca se escribieron.
Mientras tanto,
nace una revelación en mí,
y es tu rostro
y es tu cuerpo
y sos vos,
tan lejano,
tan perfectamente feliz.
Había que nombrarte por sobre todas las cosas,
hacerte mío, soñarte...
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