sábado, abril 28, 2007

Al rey de la canasta

En estos momentos le estoy robando palabras a la vida, secuestrando silencios, inventando poemas que perezosamente asoman su cabeza deforme, sus ojos bizcos, su cola inclinada. Ahora, justamente, ahora en que debería cantarle a la canasta, es que estoy como bloqueada, si vos sabes que todo me asusta, que todo me ladra. Y ahí en el medio podría apretarte como goma espuma, abrazándote bajo la cama, pero me guardo mis fonemas inconclusos, mis quinientos reproches, mis “no tan buenas ganas” para decirte al oído: ¡que hoy tengo llena la canasta! JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.

A mis lectores (si es que me queda alguno todavía): Les pido disculpas porque este texto no se entiende, ya que es personal y va dirigido para alguien en especial y muy especial para mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre estamos, digo, tus lectores. Esporádicos como tu. Tristes, alegres como tu. Que venga buena vida asi al menos, tus textos parecen (ahora) moverse de luz y no como tiempo atrás donde era un estarse de sombras. Leeremos lo que haya para nosotros, un abrazo.

Anónimo dijo...

Presente señorita!

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