Entrar en la dimensión de Limo es como estrellarse las rodillas con polvo de estrellas y romperse los huesos con sombra de margarita silvestre. Limo es una constelación de personita y duende pintado a mano con acuarelas finitas. Limo es un ángel que sonríe desde su cuna de madera, esperando los ansiados brazos de su madre. Limo podría llamarse Emma y encontrarse cerca de mí, en alguna ciudad argentina llamada Rosario.
domingo, mayo 07, 2006
Limo
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