De a pie, inventamos: otra vez la monotonía de saberse lágrimas en los espejos.
Otra vez la misma pelea de siempre. Otra vez el salir huyendo hacia ninguna parte.
Otra vez, el cansancio de batallarse hasta los confines del alma, hasta los infinitos silencios.
Quiero plantar jazmines en todos los rincones, pero la loca-que-habita-en-mí se desangra, con amapolas en los recuerdos.
“Ella” ya estuvo aquí, y toda la tristeza del mundo la acompañaba. No hay más que decir. Ha vuelto Alejandra, un sinfín de nudos la perpetúan.
Y tú, amado, te preguntas: -¿Qué se yo de tener alas amarradas al cuerpo?
Otra vez la misma pelea de siempre. Otra vez el salir huyendo hacia ninguna parte.
Otra vez, el cansancio de batallarse hasta los confines del alma, hasta los infinitos silencios.
Quiero plantar jazmines en todos los rincones, pero la loca-que-habita-en-mí se desangra, con amapolas en los recuerdos.
“Ella” ya estuvo aquí, y toda la tristeza del mundo la acompañaba. No hay más que decir. Ha vuelto Alejandra, un sinfín de nudos la perpetúan.
Y tú, amado, te preguntas: -¿Qué se yo de tener alas amarradas al cuerpo?
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