jueves, marzo 29, 2012

Experimento: reflexiones que no conducen a ninguna parte

1.
Si este blog fuera cien por ciento auténtico, tendría que llamarse Espejos.
Si estos bosquejos fueran auténtica poesía, tendrían que llamarme poeta.
(Pero no me gustan los espejos ni jamás me autoproclamaría poeta).
La autenticidad es mi fuerte, bajo ciertas condiciones y en ciertas circunstancias.

2.
No me gustan las caretas. El maquillaje es decorativo, pero no dura ni permanece. Me gusta ir a la esencia de las cosas. Al hueso del problema. El problema es que muchas veces no sé cómo solucionarlo. Me gusta girar en círculos y saber que el poema es un encuentro musical.

3.
La poesía es un tajo, una cicatriz, una especie de desahogo emocional. Basta vivir en “el poema” para considerarse diferente. Lo críptico a veces es demasiado transparente, y tenemos ganas de salir corriendo hacia el centro de la Tierra. El poema desata todo lo que teníamos dormido. Saca a la luz. Es una forma simbólica de parir.

4.
Escribir es el mejor antídoto contra los demonios interiores. Es una forma de hacerlos parir su alma en cuotas. La mediocridad de mi poesía es algo que no me preocupa demasiado. Antes mi obsesión era escribir el mejor poema. Ahora es un simple intento de catarsis, de juego. Ahora busco lo lúdico, lo rejalado. Ya no escribo para nadie, ahora escribo para mí.

5.
Me quede sola mirando la hoja en blanco. Y entendí que el perfecto instante es aquel en que el mundo es un lugar de paz. Últimamente vivo alterada. Es momento de relajarse, y de entender que siempre se puede empezar de nuevo.

6.
Buscamos los inalcanzables. Una puerta se abre en las sombras, y salimos corriendo detrás de esa pequeñísima esperanza, cuando la realidad es aquí y ahora. Me cuesta conformarme con lo que me toca. Tengo una gran necesidad de seguir surgiendo.

7.
Me gusta la conversión del espíritu. Cambiar de opinión seguido es una adaptación al medio. Amo la evolución del poema, que cambia según los momentos del día, las circunstancias, las emociones. Hacer el amor con las palabras es la revolución más utópica del espíritu.

8.
Amo el surrealismo. No soy poeta, soy “surrealista”. Para eso sirve escribir: para “descubrirse”. Para conocer la intensidad de las emociones. Se me acaba la paciencia, se me acaban las ganas de seguir escribiendo. Todo por hoy. Mañana veremos.

La génesis del poema


“Su música me alumbra en la lluvia
por donde vamos yo y una jaula vacía”
Alejandra Pizarnik


Hay una niña jugando en el jardín de las palabras.
Un pájaro que la mira, se acerca y huye.
Un dragón de colores se sube al trampolín de la vida,
y deliciosamente nos invaden las imágenes.
¡Ha nacido el poema! Demos gracias a Dios.

Ejercicio poético: rompiendo espejos



1.
Ahora es cuando
rompemos los espejos
y jugamos a ser la “niña muerta”.

2.
¿Quién buscará poesía en el último grito de tu ausencia?
¿Quién volverá a besar las páginas de este libro?

3.
Ahora es cuando
crecimos y olvidamos
la inocencia detrás de la ventana

4.
¿Quién tomará tus manos en las mías para renacer juntos al final del ocaso?
Sólo tu voz surgiendo desde las sombras y mil Alejandras en cada mano…

(final incierto)

domingo, marzo 18, 2012

Fuga de lectores

Se han escondido todos debajo de la cama. Sólo queda la página en blanco.

La despechada de los espejos

Me subes y me bajas a lo más negro del silencio.
En un instante, caigo,
                                    soy piedra
resbalando en el tajo de una garganta.
Un muro detiene las lágrimas que nunca conocerás.
He visto suspirar diminutos ángeles en mis pupilas.
Hoy entiendo la necesidad de marcharme más allá de los juguetes.
(-Mi límite es un castillo musical en donde pintamos nuestras iniciales).
“Un enamorado en la sombra me espera”,
pero es el peligroso eco de mi imaginación,
el que se atreve a dictarme estas incoherencias.
Abren una ventana por donde lanzó este poema,
que tiene tu nombre tatuado desde el principio hasta el final,
y caigo nuevamente
                                 en las ausencias de la noche.

lunes, marzo 12, 2012

12/3/2012

Eternas cuestiones pendientes que resolver. El desafío de romperse más allá de los espejos.

La conversión de los espejos

"más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia"

Alejandra Pizarnik


canta la viajera del tiempo,
y su voz es el pálido eco de la que no fue,
de la que no estaba
¿acaso seguir cantando?
¿acaso mirarse desde arriba del espejo,
desde el quiebre inmoral de los sentidos?
existe una dicotomía de perderse
más allá de las palabras,
canta para seguir marcando
la ausencia inverosímil del poema,
la creencia de ausentarse
¿por qué en tus ojos / los míos
adoraban el extraño rito de amarrase?
si te vas, te vas siempre,
para volver como jirones
cantando

Homenaje a “ella” como parte omnipresente y tierna del poema

ella se desnuda
mata al dragón de colores
ella conoce de barcos y de ausencias
de palabras muertas golpeando en la ventana
ella sabe correr tras las piedras
y de besar al silencio en sus manos

ella tiene tu nombre
tatuado en la frente
un pequeño globo
volando

ella inventa las notas musicales
y juega a las escondidas
ella te habla de peces que no fueron
al mismo tiempo dolor y llanto
ella sabe de auroras infinitas
y que la luna lagrimea despacio

domingo, marzo 11, 2012

Otra vez (o el título que más les guste)

De a pie, inventamos: otra vez la monotonía de saberse lágrimas en los espejos.
Otra vez la misma pelea de siempre. Otra vez el salir huyendo hacia ninguna parte.
Otra vez, el cansancio de batallarse hasta los confines del alma, hasta los infinitos silencios.
Quiero plantar jazmines en todos los rincones, pero la loca-que-habita-en-mí se desangra, con  amapolas en los recuerdos.
 “Ella” ya estuvo aquí, y toda la tristeza del mundo la acompañaba. No hay más que decir. Ha vuelto Alejandra, un sinfín de nudos la perpetúan.
Y tú, amado, te preguntas: -¿Qué se yo de tener alas amarradas al cuerpo?

Las señoritas compuestas




Hemos perdido la inocencia en un bosque musical
Una mujer que es anciana
se anuncia desde lo más triste del alma
y una pequeña canción empieza a sonarme en los huesos
He vuelto, toda mancillada, a caer desde los labios
-¿Cómo me paro? ¿Cómo me siento?- gritan dentro de mí
Afuera una voz que me recuerda al himno de los muertos,
se apodera del instante y puedo tocar de nuevo la pesadez de
volverme mendrugos entre los escombros de mi existencia

Afuera se callaron para siempre las señoritas compuestas…




La envidia

 Y la envidia se vistió de mujer oscura, se maquillo los parpados, se miro en el espejo, Se ajusto los botones de un traje viejo y raído, ...